Varios meses pasaron hasta que nos volvimos a subir a un avión. Lo esperábamos con ansias. Esta vez el destino fue uno que formaba parte de la lista de nuestros más deseados: Roma.
El vuelo fue tranquilo, gracias al Ipad y a Pocoyo, la verdad es que hacen milagros.
Moverse en Roma
Pueden usar el tranvía, autobuses, trenes y metro para llegar a todas las principales atracciones turísticas .
Nosotros compramos la Roma Pass, que tiene un valor de 30 euros por persona, y con eso obtienen transporte ilimitado por 4 días, y la entrada a dos lugares de una amplia lista, la usamos para entrar al Coliseo y al Foro Romano (que cuenta como solo una y cuesta alrededor de 12 euros) y luego ya no tuvimos tiempo de aprovecharla como entrada en otro sitio, pero sí le sacamos provecho para movernos cómodamente por la ciudad.
El transporte en la ciudad de Roma está razonablemente bien y es adecuado si van con carrito de bebé.
El tráfico en Roma es una locura. No me lo esperaba. A la hora de atravesar una calle con el carrito de Mími no importa cuantas señales de peatones hubiesen yo siempre tomaba precauciones extra.
Moverse con carrito o cochecito no fue tan difícil, incluso en el Coliseo fue manejable. Aunque evitamos el metro. Autobuses y tranvías tienen espacio suficiente, aunque en las horas pico puede ser más complicado entrar con comodidad.
Dónde dormimos en Roma
En Roma nos hospedamos en el B&B Roma Trastevere y definitivamente fue una buena elección. Quizás la única recomendación que podría hacerles sería la de invertir en ventanas de doble vidrio, porque se escucha algo de ruido del tráfico fuera, aunque no es una zona muy movida, así que pedir una habitación que no de a la avenida puede ser ideal, pero bueno de resto todo muy bien.
Nos dieron una habitación bastante amplia, con una cunita para Mími que sirvió solo para colgar la ropa porque por supuesto ella ni que fuera tonta iba a dormir allí… con la cama tan rica que le tocó a los papás.
El baño era cómodo, limpio y agradable. Tienen un área de comedor con sillas para bebés, máquinas expendedoras de snacks bastantes variados, y si lo desean pueden pagar 6 euros por el desayuno, pero nosotros ni locos nos perdíamos esa experiencia diaria en un café italiano, que por cierto costaba lo mismo o menos con café y zumo incluido.

En las próximas entradas les contaré sobre los lugares que visitamos y dónde comer en Roma.