Los días que restaron en nuestro viaje a Madrid fueron mucho mejor, con bastante frío pero con un sol lindo y brillante.
Estuvimos siempre en el centro, caminando por los principales monumentos y calles. Me hubiera gustado escribir cada día del viaje, para tener las impresiones más frescas, pero después de empujar el carrito por tantas horas y de luchar con un bebé que quiere ir arrastrándose por el suelo, no me quedaban energías, y caíamos en la cama hasta el día siguiente.
Fuencarral
El hostal donde nos quedamos como les decía en el post anterior, queda en la calle Fuencarral, al lado de la salida del metro de la Gran Vía. Sus alrededores están totalmente llenos de gente a todas horas, y si les incomodan las prostitutas definitivamente aléjense de esta zona, yo nunca vi a tantas juntas a cualquier hora del día.

Chueca
El barrio Chueca, queda justo al lado, y me gustó mucho. Tiene varios lugares donde comer, no muy “baby friendly” pero con comida rica y ambiente más tranquilo que en otras zonas de la Gran Vía, que son más turística y atestadas de gente. En Chueca está el Mercado de San Antón, encantador, ideal para ir de tapas en la tarde-noche o para comprar frutas o comida gourmet.

De todos los museos escogimos ir esta vez al Museo del Prado, a pesar de que sabíamos que la pequeñita no iba a ser muy paciente, nos dejó ver algunas obras por lo menos. Vale la pena, la próxima vez espero terminar todo lo que nos faltó. Los domingos hasta las 14h la entrada es gratuita. Los lunes está cerrado.
Tiendas entramos a pocas, no íbamos de shopping, pero aproveché para comprar un par de libros de maternidad en castellano y la pequeñita jugó encantada en la zona de niños de la Fnac del Callao. Si soy sincera, fue uno de mis momentos favoritos del viaje, porque ella estaba feliz de finalmente estar fuera del carrito y poder arrastrarse y tumbar cosas al suelo.
Moverse en Madrid
El Transporte en la ciudad está bien. El metro de Madrid cubre una gran área de la capital, pero si vas con carrito o cochecito tal vez no es la mejor opción, muchas estaciones no tiene elevador, o tienen solo para acceder a algunas áreas.
Los autobuses también tienen muchas rutas, pero la mayoría acepta una cantidad limitada de carritos de bebés, y si ya viene lleno no podrán subirse y toca esperar al próximo.
En las estaciones del metro, algunos kioskos de periódicos y en el aeropuerto venden un abono turístico, el cual vale la pena comprar si piensan usar el transporte público por lo menos dos veces al día, no tiene límite de desplazamiento durante los días de validez y pueden usarlo en el metro y el autobús.
Yo compré un abono de 5 días (19 euros) apenas llegué al aeropuerto y lo usé solo una vez, porque nunca salí del centro y podía caminar para todos los sitios que visitamos.

Conocimos algunos lugares que me parecieron agradables y adecuados para ir con niños, como el Parque del Retiro y el Café de National Geographic, de ellos les cuento en otra entrada.

Me gustó Madrid. Está llena de vida y de lugares para todos los gustos, de parques y áreas verdes y de mucha cultura. Tiene muchas cosas que visitar, en 6 días tuvimos siempre algo que ver en los alrededores y sin necesidad de tomar ni un solo transporte público después de llegar del aeropuerto.
Por esto, y por los grandes amigos que tenemos aquí, volveremos definitivamente.