Nos invitaron a pasar una noche en el Hotel Altis Avenida de Lisboa, y así fue nuestra experiencia.
Lo primero que tengo que decir sobre este hotel, es que no puede tener una mejor ubicación: Justo al lado de la Plaza Restauradores. A pocos metros de la estación de Rossio, en el corazón del centro de Lisboa.
La Avenida de la Libertad está a menos de 200 metros. La estación de metro de Restauradores está casi al lado de la puerta del hotel.
Ubicación perfecta!
El hotel es precioso, con un aire clásico y elegante pero a la vez minimalista y funcional.
Cuando llegamos a la habitación, nos esperaban una cuna para la Mími Viajera, y una caja muy bonita con cosméticos para ella y un pequeño libro de colorear con colores.
La habitación era confortable, la cama perfecta, el baño amplio y bien iluminado.
Me encantó la iluminación suave y los ventanales que daban a la calle.
El hotel tiene una política ecológica, hay un aviso en el baño que indica la cantidad de agua, energía y detergentes que se utilizan para lavar las toallas. Puedes decidir entre pedir que las laven todos los días, simplemente dejándolas en el suelo o en usarlas un poco más si están secas y limpias.
El baño tiene de esas resistencias que sirven para colgarlas y secarlas.
Dormimos como reyes en la cama fofa y el silencio.
Por la mañana, disfrutamos del desayuno buffet que sirven en el hotel. De los mejores que hemos tenido en un alojamiento.
Un hotel de lujo, donde el personal es cálido y amable, donde las señoras de la cocina salen amablemente a ofrecerse para calentar la leche de la Mími Viajera.
Llega la hora de partir, y hasta a la pequeñita le cuesta salir de las sábanas. Llueve afuera, se ve Lisboa desde el ventanal de la habitación y tenemos que sacar fuerza de voluntad extra para dejar el hotel..
Nos encantó. Si pueden hospedarse aquí, no lo duden.
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