Viajar a Barcelona, resfriada y con una niña inquieta

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Estuvimos 5 días en Barcelona, con la mala suerte de amanecer enferma el día después de haber aterrizado. Con el agregado de que a la Mími Viajera le encantó la ciudad, y estaba súper inquieta.

Fuimos en plan tranquilo, el papá a trabajar y las chicas a los parquecitos cercanos y a encontrarnos con  dos amigas que llevaba muchos años sin ver.

Volver, es una obligación, porque básicamente nos falta por ver casi todo.

Apenas puse un pie fuera del apartamento de los amigos que nos hospedaban, lo primero que aprecié de Barcelona fue la amplitud de sus aceras, lo amiga del peatón que es esta ciudad, cosa que una madre de bebé agradece.

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Sagrada Familia

La primera parada fue la Sagrada Familia , la obra de Gaudí que comenzó en 1882 (Gaudí obtuvo el proyecto un año después) y que aun se encuentra en construcción. La vista es increíble, no te cansas de mirarla de tantos detalles hermosos que tiene. La fila para entrar es enorme, aunque avanza rápido. Yo no soy de visitar iglesias, así que con la fachada me conformé. (Solo ahora veo que no le hice ninguna foto decente..)

Aprovechando que a esta ciudad le faltan las colinas empinadas de la nuestra (Lisboa) pude llevar a la pequeñita por mucho tiempo en la mochila, pero aparentemente abusé, porque al final de cada día me sentía terrible de la espalda y peor del resfriado.

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Parc de la Citadella

Caminamos unas cuantas cuadras hasta el Parc de la Citadella, al cual entramos por el Passeig de Lluís Companys. El parque es encantador, y para quienes tengan niños pequeños les doy un dato muy interesante: en el medio del parque existe una Ludoteca Ambiental, donde pueden asistir por las mañanas a jugar y experimentar con elementos naturales en compañía de otros papás y niños.

Este tipo de cosas las anhelo en Lisboa.

Parc de la Citadella

Dentro del Parc de la Citadella funciona también el Zoo de Barcelona, y entre sus jardines hay un mamut encantador que a los niños les encanta, y con quien no pueden dejar de fotografiarse 🙂

El Born

Al salir del Parc de la Citadella paseamos por el barrio El Born. Esta zona levantada sobre un sitio medieval tiene mucha vida. Cafés para todos los gustos, el Museo de Picasso, tiendas de diseño, y como en toda la ciudad: uno que otro parquecito para dejar que los niños se entretengan también. Desde aquí se puede llegar caminando unos 10 minutos hasta Las Ramblas o hasta la playa.

Plaza Cataluña

Plaza Cataluña y Passeig de Gràcia

El día número tres solo dimos un paseo la pequeñita y yo hasta la Plaza Cataluña, parando por las librerías de Passeig de Gràcia , aprovechamos para comprar algunos libros en castellano. Luego fuimos de vuelta al apartamento para tomar una larga siesta con un poco de fiebre.

El día cuarto la pequeña se quedó con papá,  y junto a una amiga caminé por el paseo peatonal de Las Ramblas, nos tomamos un té en un café del Raval y visitamos el Barrio Gótico.

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Mercado la Boquería

Lo que más me gustó en esta zona sin duda fue el Mercado la Boquería, muchísima variedad de frutas, dulces y vegetales. Me encantó el colorido, la vida y las ofertas. Me encantaría tener un mercado como este cerca de casa. Si van al final del día pueden comprar frutas y vegetales por muy poco dinero.

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La Barceloneta

Nuestro último día en Barcelona paseamos por La Barceloneta (playa), visitamos la Estación  Francia y comimos helados en el barrio de Gràcia. Este barrio nos encantó, es el tipo de barrio que nosotros escogeríamos para vivir. Tiene tiendas alternativas, restaurantes, cafés, heladerías y por supuesto paquecitos, amé que Barcelona tuviera tantos parquecitos para los niños!

Estación Francia
Estación Francia, Barcelona

Volvimos a casa encantados de esta ciudad, nos gustó mucho lo fácil que es moverse en ella, incluso con niños pequeños, la variedad de sus restaurantes, lo amplio de sus calles y la vida y cultura que posee. Dentro de muy poco volveremos, espero.

fin

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